martes, 14 de julio de 2009

Bitácora I

Escribo desde San Juan Mazatlán (ver punto 5 en el mapa), hace dos días que llegamos, tomamos uno para descansar y otro para las muestras. Nos tomó tres jornadas de 8 horas cada una en promedio para hacer el camino desde el punto de inicio hasta aquí. Yo había calculado hacerlo en solo dos jornadas. Además, para el primer día de camino el cielo mixe decidió darnos como bienvenida un remojón literal y nos empapamos por completo en la lluvia más intensa y larga que he presenciado en los últimos años. A pesar de las previsiones, comprobamos que no hay impermeabilidad que resista a una lluvia de estas tierras y que caminar mojados multiplica por dos las distancias. Después de esta jornada inicial, nos quedamos un día en un poblado llamado “El zacatal” mientras se secaba la ropa, el calzado y las mochilas. Al día siguiente nos encaminamos rumbo a “Loma Santa Cruz” (ver punto 4 en el mapa) y casi al llegar nos sorprendió la primera gran subida del recorrido, parecía interminable bajo el sol intenso de las tres de la tarde. Sin embargo, la última jornada fue la más impresionante, no solo en cuanto a distancia sino en cuanto al contraste extremo entre subidas y bajadas y los paisajes que parecían cambiar a cada kilómetro. Sobra decir que llegamos aquí cansados en extremo y aún ahora, mientras escribo, Elena Pai y Alejandro están tomado una siesta vespertina para guardar fuerzas para la caminata de mañana hacia San Pedro Acatlán. Por diversos motivos, hemos decidido ampliar un poco más la ruta en esta región, así que no iremos hacia Santa Isabel la Reforma sino que tomaremos otra ruta que nos llevará hacia Santiago Ixcuintepec (ver punto 9) en donde esperaré a los nuevos acompañantes para luego retomar el punto 8 de la ruta.
Aún cuando las jornadas han sido más que intensas (o por lo menos mucho más de lo que yo imaginé), hemos hecho un buen equipo y nadie se ha rendido a la mitad del camino, los mayores problemas son el peso de las mochilas (me he dado cuenta que traigo muchas cosas que en realidad no son indispensables), las lluvias (aunque a veces resultan muy refrescantes si no duran demasiado) y el hecho de que casi no hemos encontrado manantiales a la orilla de los caminos por lo que hemos tenido que racionar el litro y medio de agua que cargamos con nosotros.
En cuanto al hospedaje y la comida estamos más que agradecidos. En San Juan Guichicovi, la familia Guzmán Méndez nos hospedó y nos ayudó en los últimos preparativos para el comienzo de la ruta; en El zacatal, doña Floriana y don Rutilio nos adoptaron y nos compartieron su casa, sus historias y hasta nos vistieron con huipiles y enaguas para tomarnos la foto final de despedida. En Loma Santa Cruz nos presentamos con las autoridades y el agente municipal nos proporcionó un cuarto con petates para descansar. En el camino la gente se acerca a preguntar y nos regala fruta, café y comida. Un señor nos ofreció café con galletas porque le recordamos a su hija que anda lejos y porque alguien alguna vez también le ofreció un desayuno cuando andaba en otras tierras. A cambio, y como es costumbre, dejamos un poco de chintestle o de las tostadas que preparé con mi abuelita a manera de agradecimiento.
Poco a poco ha corrido la noticia de que andamos por los caminos, al llegar al siguiente pueblo casi siempre ya se sabe de nuestra caminata y sucedió una vez que al llegar a las primeras casas de un poblado, alguien nos lanzó un “felicitaciones” desde alguna ventana. La historias que nos han contado y la gente que hemos conocido serán materia de futuras entradas, por lo pronto puedo decir que, aún cuando la inteligibilidad del ayuujk que yo hablo es muy muy baja con respecto del ayuuk de estas tierras, hablar en esta lengua abre algo distinto en mi conversación con las personas y después de unos gestos de sorpresa pasamos a una familiaridad que me ha permitido rastrear un poco los caminos antiguos por los que los abuelos de mis abuelos transitaron hasta aquí.

6 comentarios:

  1. Nada más de leerte se me enchina la piel de emoción, me encantaría estar ahí mojándome, caminando, un pie tras otro a paso mixe. Ahora sé que basta la voluntad de una persona para cambiar al mundo. ¡Ánimo! Nos vemos pronto.

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  2. NO MAMES, AHI ESTA LA DISCRIMINACION DE LAS QUE LES HABLO "A PASO MIXE" ¿QUE NUESTRO PASO O CAMINAR ES DIFERENTE AL DE USTEDES LOS PINCHES DERDOS AKAATS? NO MAMES DE VERAS CAMINAMOS RARO?
    K SENTIRIAS SI DIGO A PASO CHILANGO

    A PASO MIXE, NO MAMES.

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  3. ELENA LA DEFENSORA DE LA CULTURA Y SUS AMISTADES DISCRIMINAN A LOS MIXES, ME PONGO A PENSAR QUE TU TAMBIEN

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  4. El poder identificar los detalles de caminar, de mover los hombros, las puntas de las hojas, las figuras de las gotas de lluvia no lo comprenden las mentes pequeñas... A mi me encanta decir que amo caminar a paso chilango, a paso de amterdamenses (o lo que sea) a paso de madre,de mujer conocer ese caminar y poderlo describir con los suficientes adjetivos y sustantivos me parece la mejor manera de valorar y de disfrutar la VIDA...Felicidades a todos los que caminan a lado de Yas..cuidenmela mucho...Cuidense mucho

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  5. Nos da mucha alegría tus convivencias y relaciones con gente tan buena y sana de los pueblos en que tú naciste.
    Qué bueno que gente de otros lugares se puedan encarnar en pueblos maravillosos de la cultura Mixe.
    La Madre naturaleza se manifiesta abundante con las lluvias y con los majestuosos paisajes.
    TODO ESTO QUE ESTAN VIVIENDO LOS VA A FORTALECER ESPIRITUALMENTE, PARA SEGUIR EN EL CAMINO DE LA VIDA.
    Aäj Atë'kx somos todos.
    ÁNIMO Y FELICIDADES.
    Eneida y Julián

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