martes, 22 de septiembre de 2009

Cambio de dirección

Nomás para avisarles que a partir de mañana me encuentran en la siguiente dirección:
Yásnaya Elena Aguilar Gil
Domicilio conocido
San Pedro y San Pablo Ayutla, Mixe, Oaxaca
C.P. 70283

La ruta del café

Desde las tierras altas, los campos de café se veían como un bien que nos fue negado. Sería la altura, el frío o qué sé yo pero a nosotros solo nos quedó participar de la bonanza que generó el café, como recolectores, como mozos, a lo más como comerciantes. Los relatos que me contaron en la infancia incluían siempre una peregrinación a las tierras medias y bajas, era una especie de viaje iniciático. Pero después, vino el desplome de los precios del café y la inversión en la infraestructura de los pueblos de las tierras altas, por lo que la situación pareció invertirse. Sin embargo, en este viaje me encontré en cada pueblo evidencias de ese antiguo peregrinar constante. En un principio, me sorprendía que personas de cierta edad de las tierras bajas pudieran entender el mixe que yo hablo sin ningún problema, cuando para mí el que ellos hablaban era prácticamente ininteligible; al preguntar, alguien me respondió que podía entenderme porque el mixe que yo hablaba era semejante al de los trecientos recolectores que él comandaba durante la temporada de recolección del café. "Te entiendo porque hablas un mixe de mozos" me decían. En otro lugar, hablé con una mujer que había salido a los ocho años de mi pueblo para trabajar como recolectora y que nunca había vuelto, me dijo que le enternecía mucho poder escuchar de nuevo el mixe de sus padres y por eso me hacía más conversación. Muchos de los recolectores se fueron quedando a vivir en las tierras bajas, aunque casi siempre se referían a las tierras altas como el primer hogar; "cuándo regresas a nuestra casa(Ayutla)" me preguntaban personas que hablaban ya un mixe distinto y que solo habían conocido mi pueblo en el recuerdo de lo que sus padres les contaron. La ruta del café parece haber marcado la forma de vida de una generación y casi no conozco a ninguna persona mayor de las tierras altas que no guarde alguna aventura, un amor o una tragedia asociada al viaje para recolectar café, a dos pesos cada lata y en dos meses cien latas. De todo eso, ahora queda poco, en ciertos lugares prefirieron establecer potreros en lo que antes fueron cafetales; en otros, el café perdió su valor simbólico junto con el valor económico y ahora, para halagar al visitante, le sirven Nescafé aún siendo productores todavía; pero en otros lugares, los cafetales han tomado un segundo aliento y el café sigue alimentando una forma de vida que gira alrededor de él, el café sigue siendo ese bien preciado, ese símbolo de riqueza con el que te garantizan una oferta de matrimonio. Yo, por todo eso, no puedo ver un cafetal sin pensar en bonanza y bienestar; aunque yo ya no pertenezca a la generación de recolectores, quise hacer mi viaje iniciático también. Ahora que recorrí los mismos caminos de la ruta del café pero en sentido contrario, no podía dejar de pensar en la época en que los mixes de la alta mirábamos hacia adentro y no hacia afuera, cuando la aventura y las ganas de correr mundo se materializaban siguiendo veredas de tierra roja.

Palimpsesto II

Cuando me encuentro a alguien mayor de setenta años y le cuento del viaje que he hecho, de los pueblos que he visto y de los caminos que he recorrido, la primera reacción es de incredulidad, "ya nadie va por esos caminos" contestan; después de que se convencen, se les avivan los ojos y me preguntan si aquellos caminos que recorrieron en su juventud aún existen, si la capilla que estaba en tal crucero sigue aún en pie, si crucé ríos por puentes de bejuco o si ya son de concreto, si pasé por tal paraje en dónde ellos acostumbraban amarrar las bestias... Después de tratar de responder sus preguntas de la mejor manera posible o de enseñarles fotos de los pueblos que ellos conocieron muchos años atrás, se sientan a contarme las aventuras que pasaron por los mismos caminos que yo pasé y a describirme los mismos lugares que ya conocí. Como es de esperarse, aún siendo la misma ruta, el viaje de cada uno es totalmente distinto, incluso los lugares, aún estando en el mismo punto geográfico son definitivamente otros; de esta manera, mi propia ruta vuelve a iluminarse con el recuerdo de los demás y mi viaje, aún pareciendo único, se multiplica.

Cuestión de elegir

Hay maneras y maneras de perder calidad de vida. Se diría, por ejemplo, que una persona que solo tiene que hacer trabajo físico y al que se le ha negado el acceso a toda la producción intelectual que su especie ha generado (y al que tiene derecho por el mismo hecho de pertenecer a esa especie), tiene poca calidad de vida. Si una persona no ha podido aprender a leer y a escribir, si no puede también disfrutar de la vida intelectual, se diría que se le ha afectado su calidad de vida. El lado contrario me parece igualmente digno de compasión: una persona a la que, con tales o cuales argumentos, abiertos o velados, se le ha convencido de pasar los días encerrado en una oficina o cubículo, clavando los ojos en una sola cosa, con evidente torpeza corporal y sin nigún acceso a una vida "física"; diría yo que también ha perdido en igual proporción su calidad de vida, solo que perderla de esta última forma resulta mucho más prestigiosa, hasta te dicen "licenciado" y además pagan mejor si eliges esta manera de perder calidad de vida. Otra vez, todo es un asunto de prestigio, pero de que ambas son formas de perder calidad de vida dignas de compasión, lo son.

Japom ëjts njä'tn

Jantsy jä'ätänë'p ëjts. Ka't ëjts ijty njajä'ätä'än. Jantsy jä'ätänë'p ëjts. Ka't ëjts ijty njajä'ätä'än.Jantsy jä'ätänë'p ëjts. Ka't ëjts ijty njajä'ätä'än...

domingo, 20 de septiembre de 2009

Pensando en voz alta

ya casi se me acaba el viaje.tengo muchos borradores que nomás no salen. me gustaría publicarlos antes de que finalize la ruta. porque sé que despuès, un blog que vive de los recuerdos no será lo mismo. pero quién sabe si se pueda. faltan dos días.

viernes, 18 de septiembre de 2009

Todo parece indicar...

... que llego a Ayutla el miércoles 23 de septiembre.

A estas alturas...

- ¿De dónde eres?
- De Ayutla
- Hablas un mixe raro
- ¿Raro?
- Sí, con palabras de Ayutla pero con tono de Totontepec y saludos de Mixistlán.
- ¿?

Altepetl

Cacalotepec es un pueblo
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Crece hacia el cielo, parece construido de manera que no haya edificación desde la cual no pueda verse (hacia abajo siempre)el mar de montañas que descansa ante la mirada. Cacalotepec no se camina, precisa escalarlo, así como lo hacen las nubes, que nunca descansan, aquí en Cacalotepec.

martes, 15 de septiembre de 2009

Rituales de llegada

Cuando llego a un pueblo, una parte de mí prefiere entrar a la iglesia y contemplar detenidamene las caras de los santos antiguos, mirar de frente al cristo de cuaresma con su cruz a cuestas, salir a recorrer los edificios públicos, bajar al río, entrar a las cuevas y contar las montañas. Otra parte de mí, prefiere presentarse con las autoridades, entablar plática con el de la tienda comunitaria, preguntar qué piensan de mi pueblo, averiguar qué frutas se venden en el mercado y unirme al penúltimo partido de basquet con los niños de la secundaria. Una tercera parte de mí, prefiere quedarse sentada frente a la iglesia, sobarse las plantas de los pies, secarse los restos del sudor, sonreírle a los que pasan y ver caer la tarde.
Justo antes del anochecer, se reúnen las tres en la plaza principal e intercambian impresiones.

domingo, 13 de septiembre de 2009

Nëëj

Para Alejandro
Ando aquí, parada sobre un manantial mientras llueve, escuchando cómo se mezclan a mis pies, el agua que surge de la tierra y el agua que cae del cielo.

Hay veces... II

De todas las formas de discriminación, la más inadvertida consiste en negar en el otro (cualquier otro) la capacidad de ejercer la maldad. Las otras formas, las que se basan en el color de la piel, en el color de los ojos o la forma de la nariz, al menos no ocultan su violencia bajo un manto de supuesta caridad; al menos se les puede combatir de frente. Pero la ayuda tranquilizadora-de-conciencias que supone bueno a todo el que sufre, niega al otro el derecho de ser un igual: tan malo, tan bueno, tan complejo...

Temor

Me he vuelto adicta a la caminata, cada vez necesito dosis mayores para conseguir el mismo efecto que antes. Ahora que se acerca el final, ya me veo con temblorina, ansiedad, dolor de cabeza y sudoración excesiva. Solo espero que el síndrome de abstinencia no haga demasiados estragos.

jueves, 10 de septiembre de 2009

Encuentros

Yo no sé qué significa exactamente eso de encontrarse a uno mismo. Eso no fue nunca una motivación para la caminata y sin embargo, preguntando siempre, encontré veredas antiguas que antes creía desaparecidas, nauyacas dormilonas y muy sordas, historias con mezcal, propuestas de matrimonio garantizadas con campos de café… encontré el contraste sobre el cual me pienso de manera distinta, cada punto del mapa ayuujk está ahora iluminado con imágenes y experiencias, pero sobre todo caminé la tierra. Camino, siento y pienso la tierra. Tal vez eso sea encontrarse a uno mismo pero quién sabe… porque, como les digo, yo no sé qué significa eso exactamente.

martes, 8 de septiembre de 2009

Majtsk po’o

Hoy la ruta ayuujk cumple dos meses. A ratos me parecen dos años, a ratos me parecen dos días. Inicialmente supuse que después de dos meses estaría yo en Ayutla o a punto de llegar, pero me hallo a siete pueblos de distancia. No me arrepiento de haber ampliado la ruta cada vez que así lo quise. Es verdad que tengo muchas ganas ya de llegar y contar, sobre todo a mi abuela, las cosas que visto, que he oído y que he experimentado, pero ya ante la recta final, también es verdad que me entra una nostalgia anticipada. Pero tristezas aparte, me dispongo a festejar con mezcal en mano estos dos meses de vida nómada. Hoy, este blog está de fiesta. No olviden tomarse una copita en nombre de la ruta ayuujk!

Kuxyekp

- Tunmayääjtë’n, ëjts tamëmatyääjkë’k xë’n ijty tëyëp mëjjä’äytyëëjk jyuujkyätt
- Tii ëjts ntaxymyatyä’äkp, timy anä’äjknëmts ëjts
- Jënääk mjëmëëjt?
- Makta’pxy

lunes, 7 de septiembre de 2009

Tëkëëk

Tres lugares que por su importancia simbólica se erigen como ejes de la ruta por la tierra ayuujk.
To'oxykyeets kojpk (El lugar del nacimiento de Kontoy)
Tres lugares para los que mi caminata supone un acto de culto.
E'px Yukp (Zempoaltépetl)
Tres lugares en los que espero escuchar y explicarme.
Anaajëntump (El lugar del trueno en Ayutla)
Subí a la Montaña Veinte y di gracias.
Tres lugares, tres.

Indicador

Cada vez que los zopilotes vuelan en círculo demasiado cerca de mi cabeza, concluyo que ha llegado la hora de bañarme.

The Dark Side of Kojpk Kumä’ätsy

Ahora escribo desde Santa María Tlahuitoltepec. De Tiltepec el camino real baja hacia el río y después sube hasta encontrarse con el camino antiguo que va de Yalalag hacia San Cristóbal Chichicaxtepec en donde nos recibieron con un excelente mezcal de olla que aún no se me va del paladar. De ahí emprendimos el camino hacia Santa María Mixistlán, el mismo día bajamos a Mixistlán de la Reforma y regresamos de nuevo a Santa María a la calenda que daba inicio a la fiesta. La vista desde este pueblo es impresionante, se puede ver el territorio zapoteco con el que colinda por ese lado la región mixe, todo aderezado con las historias y explicaciones de mi amigo Fernando, su padre y sus abuelos. Por primera vez en la ruta pude ver Ayutla a lo lejos además de sus rancherías (Tierra Caliente, Lachicocana y El Duraznal). No puedo negar que me emocioné. Desde la casa de mi abuela se puede ver Kojpk kumä’ätsy (Cerro del Machucado), desde Santa María Mixistlán pude verlo pero justo del otro lado, ése que nunca había podido ver antes. Con más ganas de quedarnos que de irnos, emprendimos el camino hacia Santa María Yacochi. Y entonces hacia E’px Yukp (Zempoaltepetl) para después llegar aquí. Tan lejos, tan cerca.

domingo, 30 de agosto de 2009

Breves

Ahora estoy en Totontepec. Mañana partimos hacia Tiltepec y de ahí hacia Chichicaxtepec. Los -tepec me anticipan subidas interesantes, por decirlo de algún modo. Quién lo diría, ahora a lo que le tengo miedo es a las bajadas.
Para llegar aquí desde Zacatepec, pasamos por Metaltepec, La Candelaria, San Francisco Jayacaxtepec, Santa María Ocotepec y San Marcos Moctum.
Tengo demasiadas historias y palabras en el tintero... los ánimos ahí siguen y me permiten defenderme del agotamiento.
Agradezco cada comentario, aunque no puedo responder, los leo ávidamente.
Un abrazo a cada uno.

De la A a la J

Entre Ayacaxtepec y Jayacaxtepec además de una J, hay tres pueblos, cinco ríos, cuatro jornadas de patinaje sobre veredas de tierra roja, desfile constante de neblina, generosas dotaciones de lluvia veraniega y nueve buches de mezcal para recuperar el calor.

martes, 25 de agosto de 2009

Zacatepec

Para alguien de Ayutla como yo que además ha escuchado historias terribles por los pueblos de alrededor, resulta difícil llegar a Zacatepec sin cargar, además de la mochila, una bolsa de prejuicios. Y es que es difícil estar en este pueblo sin pensar que fue la tierra del cacique Luis Rodríguez, sin pensar en las imágenes de los relatos de muerte, de huidas nocturnas, de miedo cotidiano. Dice la abuela que antes era imposible ver a alguien de Ayutla en este lugar. Pero ahora que estoy aquí, trato de luchar con las imágenes, trato de comprender un poco para descubrir que Zacatepec debe ser algo distinto del sello con el que lo marcó Luis Rodríguez.

Adiós a las tierras bajas

Yo, tan hecha al frío de las montañas, pensaba que mi resistencia al calor era casi nulo, me descubrí luego con nostalgia de las tierras bajas que la ruta ha dejado atrás por completo y que aprendí a disfrutar. Pero no hay nostalgia que no cure la impresión que me causó poder ver a E’px yukp (Zempoaltepetl) a lo lejos. Me sorprendo: ya estoy aquí, cerca.

Kutsuko’m

En Cotzocón, las creaciones en el telar de cintura cobran un protagonismo que sin embargo no me impidieron poner atención a la plática de las personas, disfrutar del baño en los manantiales y reflexionar sobre las peculiaridades del ayuujk que ahí se habla. En Cotzocón, el cuidado por el detalle parece ser el principio rector en la construcción de las casas, en la manera de acomodar la leña, en las pilas de piedra, en la disposición de las flores y de los muchos chayotales. Es como si el trabajo a detalle que implica la creación en el telar de cintura se hubiera transportado a todo lo demás y así, todo quehacer, por más cotidiano, fuera también creación.

Hay veces …

Lo triste de cuando un pueblo se convierte en lugar de paso es precisamente eso: que ya nadie quiere quedarse.
Y sin embargo, es por eso que es necesario estar ahí, donde todo pasa.

Bitácora IV

Escribo ahora desde Santiago Zacatepec. Siento no haber actualizado antes el blog pero por una razón u otra no había podido tener acceso a internet. Después de salir de Alotepec nos dirigimos a la última incursión a las tierras bajas, pero ahora hacia el lado norte, hacia Jaltepec de Candayoc (punto 25 en el mapa). Antes pasamos por San Juan Cotzocón, por Santa María Matamoros, por Santa María Puxmetacán y por San Juan Otzolotepec. Como sucede en las tierras bajas, las distancias entre un pueblo y otro suelen ser mucho mayores que en las tierras altas, el camino es plano pero el calor deja sentir sus efectos después de seis horas de mover un pie tras otro.
La llegada a Matamoros fue la primera de toda la ruta que nos tocó caminar de noche, como la luz eléctrica había fallado en el pueblo, no podíamos saber en la oscuridad cuánto faltaba para llegar, nunca me había sentido tan feliz de escuchar el ladrido de los perros que anunciaba la cercanía del poblado. Aunque Matamoros es un pueblo que huele a guayaba, el nanche y yo recuperamos nuestra antigua relación pasional. En Puxmetacán llegamos a la fiesta y a pesar del cansancio todavía me alcanzó para ponerme a bailar un son que tocaba una de las tres bandas visitantes y comer un mole fiestero antes de echarnos a dormir como troncos durante varias, varias horas. En Otzolotepec nos bañamos en el río, hablamos con las autoridades, lavamos la ropa, sacamos las muestras y organizamos la siguiente caminata, todo en un solo día. Lo siguiente es difícil de describir, la jornada hacia Jaltepec ha sido la más larga de toda la ruta y que incluye varias horas de caminata nocturna, le dedicaré después un post aparte. Ya en Jaltepec visitamos el Centro de Estudios Ayuuk y el río (con guía de lujo, Tyoskujuyë’p Kupyum), caminamos el poblado y nos tendimos en la hamaca a descansar para salir al día siguiente y enfilarnos hacia las tierras altas. Ya en las montañas agradecí la familiaridad con la que me recibieron el frío y la neblina, la llovizna y el viento: estoy cerca de casa. Y ahora todo será dar vueltas en torno a los pueblos que rodean a E’px yukp (Zempoaltépetl) antes de subir a la cumbre, y en ese logro me gasto ahora los sueños.

Tsääj III

Jëptäkp ëjts mëjnëjotp jatukoojk
Ta ëjts aya’aky ja tsääj n’ësmatsy
Të’kxp tsëmämp jatëkoojk
Ku ja nëëj pojë’n nyëke’eky
Aya’aky ëjts ja nteky xyo’kn
Xontäkp ëjts n’änmëjä’än

Tsääj II

Tëë ëjts nëjotp njëptä’äky
Tëë ëjts ja tsääj npiiy nkeny
Të’kxp tsëmämp ijty nëpatki’py
Tu’ukety ëjts npejnotp tëë npëëjki’iky
Ku ëjts oojk tëë nkonpëtsimy
Pe’ets tëm ja tsääj jajp nyu’kn
Jotmaapy ëjts n’änmëjä’än

lunes, 24 de agosto de 2009

Tsääj I

Mëjnëjotp ëjts ntan
Mpemijkpy ëjts ja tsääj
Jam tsäjpts, jam tsuxk, jam pu'ts
Pujtp pëmemp ja nëëj nyënaxy
Të'kxp tsëmämp ja' tsääj nëpatki'py
Ayaa'aky ëjts ja nteky xyo'kn
Xontäkp ëjts änmëjä'än

sábado, 22 de agosto de 2009

No news is good news

Todo bien. Intenso, muy. Pronto más noticias en éste su blog walk-aholic.

martes, 11 de agosto de 2009

Kojpk

Decir que Alotepec se encuentra al pie de la montaña no es suficiente, es necesario estar aquí y volver la cabeza hacia arriba noventa grados para abarcar la altura de la montaña con los ojos y luego no poder dejar de mirar, sentir vértigo y volver a mirar pensando en la idea atemorizantemente seductora de estar tan a su merced, tan a su voluntad. Solo así se puede entender un poco todo lo que implica decir que Alotepec se encuentra al pie de la montaña.

domingo, 9 de agosto de 2009

De regreso

Después de participar en la SEVILEM, estoy de nuevo en San Isidro Huayapan para retomar la ruta. Además del intercambio siempre interesante, en este encuentro pude descansar de la caminata durante varios días. Antes, o no tomaba descanso entre jornada y jornada o me tomaba solo uno. Cuando descansé dos días prometí no volver a hacerlo, porque entre más tiempo descanso más achaques (antes amortiguados por la adrenalina) se dejan sentir. El punto es no darle mucho tiempo al cuerpo para quejarse, para que deje aflorar el moretón en la rodilla o el dolor en la cintura. Al caminar, vas probando el mecano que supone cada cuerpo, le vas hallando las debilidades, las innegables virtudes, el tiempo que tarda en alcanzar el punto de quiebre, la manera peculiar en que duelen músculos antes insospechados. Por ejemplo, siempre creí que la espalda me causaría muchos problemas y no ha sido así en absoluto; por otro lado no sabía de los desperfectos de mi pierna derecha que se queja a la primera bajada en la rodilla y el tobillo. Ya puedo calcular también el tiempo que puedo aguantar sin beber agua y la cantidad de glucosa que necesito ingerir cada dos horas, ya sé controlar la respiración en las subidas. Me agrada este reencuentro con el cuerpo, lo reconozco bajo nuevas circunstancias y hasta ahora no tengo mucho de qué quejarme. Mañana sabré de los efectos que el descanso de varias días tuvo en mí. Me da curiosidad y un poquito de miedo.

Jënpoj

Jam ëjts tsyäm kaxpo'kxën nkexy Xaamkëxp ja'ku Jënpoj tëë tuktuujk jëmëëjt t'akapety!!. Te'n ëjts amumtu'kjoojt ja Jënpoj ntamëtseky ku may xëë may jëmëëjt ja' ää ayuujk, ja' atom njënmä'äny jëts atom njuujkyáäjtë'n t'akäjpxpäkt jënë'n ayukjä'äyoojty.
RADIO COMUNITARIA JËNPOJ:
http://www.radiojenpoj.org/

domingo, 2 de agosto de 2009

Bitácora III

Ahora escribo desde San Isidro Huayapan (ver punto 17 en el mapa). A partir de San Miguel Quetzaltepec (punto 11) hicimos algunos ajustes a la ruta, nos dirigimos hacia el punto 12 (Santa Cruz Condoy) y de ahí hacia el punto 16 (San Juan Bosco Chuxnabán), de este último pueblo caminamos hacia el punto 13 (Santa Cruz Ocotal) para llegar a dormir a San Pedro Ocotepec (punto 14), nos quedamos ahí un día y después caminamos hacia San Juan Juquila Mixes (punto 15, de este pueblo proviene una gramatica del ayuujk del siglo XVIII). La útlima jornada que hicimos fue de Juquila hacia el pueblo en el que estoy, esa ruta no estaba contemplada originalmente en el mapa pero no me arrepiento de haberla hecho, al contrario, fue una de las caminatas más estimulantes, casi once horas en vereda y un río en medio. Hay que considerar que hicimos varias paradas, para comer, descansar y además estuvimos perdidos durante un ratote.
Aunque esta última jornada fue extenuante, las últimas caminatas no han sido tan largas e intensas como las de la parte baja, en general no hemos superado las ocho horas con todo y descansos. Los principales problemas son ahora el ataque masivo de zancudos, mi tobillo derecho que comienza a quejarse y el cansancio que ya deja sentir sus estragos. Pero por ahora voy a tomarme cuatro días de descanso que supongo ya eran necesarios, voy a participar en la SEVILEM (Semana de Vida y Lengua Mixes) en Santa Isabel la Reforma, así que de nuevo a las tierras bajas. Después, regreso a este punto para continuar la ruta. Gracias por todos los comentarios, recuerden que los leo con avidez y atención aunque por ahora no pueda responder.

jueves, 30 de julio de 2009

El nanche y el durazno

Ahora escribo desde San Juan Juquila Mixes (ver punto 15 en el mapa). Ya hace varios pueblos que dejamos atrás las tierras bajas y solo ahora he podido pasar por el pensamiento las impresiones que me dejó esa parte del recorrido. La primera vez que visité un pueblo de la zona baja hace varios años, me sorprendió el hecho de que las mujeres vistieran de manera muy similar a las de Juchitán pero que hablaran ayuujk. Mi poco conocimiento sobre esa parte de la región provocó que me sorprendiera mucho que la vestimenta que yo asimilaba totalmente como parte de la cultura zapoteca del Istmo coexistiera con la lengua mixe. Y es que eso es algo que no solo me pasó a mí, creo que hacia el exterior la idea que se tiene sobre los pueblos mixes corresponde más frecuentemente a las características de la zona alta: montañas, frío, bandas de música de viento... Pero como siempre, si uno se acerca, todo es más complejo y aún dentro de la misma región, la diversidad es la constante. San Juan Guichicovi por ejemplo me recordó mucho a Ayutla; aunque parecieran polos opuestos (ubicación geográfica y clima contrastantes) tienen en común el hecho de que están en las fronteras hacia el exterior y vivir en el límite impone modos de vivir "el ser mixe" de una manera distinta en comparación con los pueblos que no son fronterizos. Las condiciones de este tipo de pueblos son complejas y siempre cambiantes. Pero creo también que en eso hay una riqueza, que la mezcla y las mutuas influencias culturales no significan necesariamente una falta hacia un ideal de pureza cultural que además nadie podría definir, la vida en estos pueblos fronterizos es también una manifestación de ser mixe, es también una manera de vivirlo, tan mixe es la marimba como la tuba, tan mixe el calor y el nanche como el frío y el durazno. Porque a estas alturas del mundo y de la historia quién puede definir lo que es ser puro. Y quién puede sostener que definir cosas como ésas tengan algún sentido.

domingo, 26 de julio de 2009

Sevilem 28


Recuerden, a la vuelta del camino, ahí no más tras lomita está la SEVILEM.
Toma esta vereda:
http://jaetjanaxwiiny.blogspot.com/

viernes, 24 de julio de 2009

Pendiente

No es que las subidas me hagan los mandados pero ya les puedo dejar uno que otro recado.

El olor del nanche

Para caminar es necesario tener paciencia, más bien serenidad. He pasado más tiempo en los caminos que en los pueblos. Al principio, la motivación principal era llegar al siguiente pueblo pero con el paso de los días el camino en sí se ha vuelto lo principal, lo más importante. No es que ya no disfrute de la sensación extraordinaria que provoca la llegada, es solo que el cansancio al caminar cada vez se reduce más y deja su lugar solo a la percepción. Es como si mis pies fueran un vehículo externo a mí que me transporta mientras yo miro y pienso. Pero de pronto vuelvo a sentir las piernas como mías cuando a lo lejos puedo ver las cúpulas del siguiente pueblo y entonces la llegada vuelve a tomar protagonismo, el tiempo se hace largo y solo pienso en el olor a nanche con el que me han recibido los pueblos de las tierras bajas. Pero como ya me lo dijo mi abuela, no hay nada más engañoso que un pueblo que se ve aquí nomás, a la vuelta de la montaña, cuando en realidad la distancia que resta es proporcionalmente inversa a las expectativas de cercanía que provoca su visión. Pensar en llegar distrae del camino pero potencia la felicidad de la llegada. Es por eso que a veces ando en el camino pero con la mente en el pueblo o a veces ando en el pueblo pero con la mente en el camino.

Camotlán

Para mí, el camino sube y puede verse desde el centro. Para el que viene de Ayutla, el camino baja. Antes, mi tío abuelo estuvo aquí cuando vino a las tierras cálidas para recolectar café, mi abuela decía que no era necesario que se hubiera ido si a los 22 años tenía ya sus propios toros y una troje llena de maíz recién cosechado. La verdadera motivación era al parecer un doloroso altercado familiar. Se fue acompañado de uno de sus hermanos y después de un tiempo se enfermó de paludismo. Mi abuela me contaba con detalles que impresionaron mi imaginación que todo comenzaba con una sensación de sed insoportable, en cuanto se terminaba de tomar agua, una fiebre altísima se presentaba en el paciente que entre espasmos hablaba en sus alucinaciones. Enfermo de paludismo como estaba, mi tío abuelo solo pudo llegar hasta aquí, hasta Camotlán; su hermano lo dejó encargado con una familia del pueblo y siguió hacia Ayutla con la promesa de que regresaría con unas mulas para llevárselo. Pero mi tío abuelo murió antes y la familia que lo cuidó se encargó de los funerales. Para mi abuela, estar enterrado en un pueblo distinto del que naciste es algo ya muy triste, pero se puso todavía más triste cuando se enteró de que, entre cada episodio de fiebre, mi tío abuelo se sentaba siempre en el patio a mirar esperanzado el camino que baja hasta aquí tratando de divisar una mulas que nunca llegaron.
Epílogo
A mi abuela le contaron también que lo habían enterrado junto a unas flores de campana, pero el año pasado que vinimos a Camotlán después de cuarenta años, esa información ya no nos podía servir como pista. Mi abuela se presentó con las autoridades, les contó la historia de mi tío abuelo y les pidió permiso para poder ir al panteón y tomar un poco de tierra para llevárselo de regreso de manera simbólica. Ya en Ayutla, mi abuela agregó un poco de agua a la tierra y la moldeó en forma de persona para enterrarlo después en la tumba de su mamá. Ahora solo resta sembrarle encima las flores de campana.

Tukyo’mët ëjts

- Mää mtsoony?
- Tukyo’m
- Ka’t jëkeexy njäntsyäw pën ka’t jëkeexy ayuujk wä’äts xkajpxy.

Y sí…

Explicar el por qué de la caminata no siempre es fácil. Cuando me lo preguntan me enredo un poco con las razones. Me resulta complicado transmitir la motivación completa en pocas palabras pero al final, casi siempre el que pregunta termina por darme la respuesta más adecuada: “Ah, es que entonces estás cumpliendo una manda”. Y sí, es algo muy parecido.

Hablando de Honduras

No es que a Juliana la caminata no la sorprenda, no es que al contarle lo que llevo en el camino no me responda con un gesto de incredulidad, es solo que a Juliana ya antes la historia de Sofía le había impactado más: una mujer que también caminó por aquí y que llevaba alrededor de seis meses a pie desde Honduras, pensaba caminar otros seis meses más, andaba sola con su casa de campaña para dormir donde le cayera la noche. “¿Pero no estará usted loca?” cuenta Juliana que le preguntó. Y yo me pregunto si haberle dicho eso a Sofía evitó ahora que Juliana me hiciera la misma pregunta a mí.

Tsä’änytyu’äm

Ku jam Joyjotp njä’ätën, jam këxp myëkexpety ja’ kääjp te’ep xyë’ajtpy Tsä’änytyu’äm. Jam ëëts axëëy ja’ tu’u npëkt ta atya’aky ëëts npatëkët; ku jam këxp njä’äjtën tsujnaxy ja’ jey kyu’exnaxy jëts nate’n ja’ kojpk mää te’n ojts ja’ Konk’oy kyaxi’ikyën. Ja’y ëëts nnijyä’äty ku jaa xem jaa yäm ja’ jä’äy ëëts xkaxpe’kxy. Jantsy amatyä’äk jä’äy jam taa te’n pojë’n ëëts xmëtmatyakojt. Kaa ja’ jä’äy ttaxontä’äkt ku jam te’n ja’ atom nteety Konk’oy kyupuujx kyukääjp. Te’n nate’n tmatyä’äkt ku jamëk te’n ja’ Konk’oy myëka’ax nyääjxy jëts jam te’n tinyë’m kyaxi’iky mää te’n ojts ja’ expaajtën t’aktany, japety te’n ja’ kääjp xyëë Tsä’änytyu’äm. Xontäkp ëjts n’änmëjä’än ku ëjts tsyäm ku ja ajäj atë’kx xtuk’ixy xtukpääty ja´et ja’ nääjx mää te’n ja’ jëntsën Kong’oy kyaxi’ikyë’n.

martes, 21 de julio de 2009

Significado y significante

Hablar con las autoridades se ha vuelto el rito de llegada, además de la presentación y las explicaciones de nuestra estancia, terminamos casi siempre platicando sobre la diferencia entre nuestros pueblos y las palabras que usamos, en muchos casos incluso nos damos cuenta de que tenemos conocidos en común. El ayuujk de estos pueblos es muy distinto del que yo hablo y para entender mejor me concentro lo más posible y pregunto por las palabras que no entiendo, en medio se tiende un puente del que el sentido parece caer y que tratamos de rescatar siempre. Me dijeron que se dan cuenta de que no entiendo algo cuando solo sonrío.

Bitácora II

Y ahora escribo desde el paraíso, literalmente desde San José el Paraíso (punto 8) que hace honor a su nombre: después de tomar la vereda desde Santiago Ixcuintepec, el camino baja entre dos montañas altas y sigue el curso de un río hasta llegar al puente, después una pequeña subida y entonces se abre un llano absoluto. Viniendo de un pueblo en las alturas como Santiago Ixcuintepec, fuimos sorprendidos por la planicie que se abre de pronto entre las dos montañas y que nos recibió con olor a nanche y a zapote. Las bicicletas son aquí el medio de transporte favorito y se puede pedalear muy a gusto entre los cafetales. Después de presentarnos con las autoridades de la Agencia, nos dijeron que podíamos ir a bañarnos al río que queda en la orilla norte del pueblo, así que después del baño cenamos unas tlayudas en el centro.
La última vez que escribí dije que ampliaríamos un poco la ruta en la parte baja, por esta razón, de San Juan Mazatlán (punto 5 ) caminamos hacia pueblos que no están marcados en el mapa: San Pedro Acatlán, Santiago Malacatepec y San Pedro Chimaltepec. El cambio valió la pena, incluyendo la última jornada de casi 11 horas de caminata hacia Ixcuintepec antes de que Alejandro y Elena dejaran su lugar a Eva y a Rasheny.
Mañana partiremos a Coatlán y dada la cercanía pretendemos regresar aquí mañana mismo para después continuar hacia Camotlán (punto 10).
P.D. Gracias a Plëër por el comentario sobre el crédito de algunas fotos de este blog,lamento mucho la omisión, entre los últimos preparativos perdí la lista de los links y entre las prisas olvidé hacer el comentario. Espero reparar pronto la omisión y volver a subir las fotos con sus referencias, por lo pronto voy agregando las imágenes propias del viaje.

martes, 14 de julio de 2009

Apostillas

Leo con mucho gusto sus comentarios y aunque por ahora no puedo responder a cada uno, vuelvo a ellos en la mente cada que el cansancio asoma su cabeza a la vuelta del camino. Tyoskujuyë'p.

Relatividad

- Dios mjakyepy ¿falta mucho para llegar a Platanillo?
- Uuuuu, falta muchísimo, está muy lejos. ¿De dónde vienen?
- Venimos caminando desde San Juan Guichicovi
- Aah, entonces Platanillo está aquí no más, muy cerquita, falta muy poco.
- Gracias

Adaptación

Y así vamos cantando cuando se acerca el final del litro y medio:
Help! I need some WATER, help! …

Bitácora I

Escribo desde San Juan Mazatlán (ver punto 5 en el mapa), hace dos días que llegamos, tomamos uno para descansar y otro para las muestras. Nos tomó tres jornadas de 8 horas cada una en promedio para hacer el camino desde el punto de inicio hasta aquí. Yo había calculado hacerlo en solo dos jornadas. Además, para el primer día de camino el cielo mixe decidió darnos como bienvenida un remojón literal y nos empapamos por completo en la lluvia más intensa y larga que he presenciado en los últimos años. A pesar de las previsiones, comprobamos que no hay impermeabilidad que resista a una lluvia de estas tierras y que caminar mojados multiplica por dos las distancias. Después de esta jornada inicial, nos quedamos un día en un poblado llamado “El zacatal” mientras se secaba la ropa, el calzado y las mochilas. Al día siguiente nos encaminamos rumbo a “Loma Santa Cruz” (ver punto 4 en el mapa) y casi al llegar nos sorprendió la primera gran subida del recorrido, parecía interminable bajo el sol intenso de las tres de la tarde. Sin embargo, la última jornada fue la más impresionante, no solo en cuanto a distancia sino en cuanto al contraste extremo entre subidas y bajadas y los paisajes que parecían cambiar a cada kilómetro. Sobra decir que llegamos aquí cansados en extremo y aún ahora, mientras escribo, Elena Pai y Alejandro están tomado una siesta vespertina para guardar fuerzas para la caminata de mañana hacia San Pedro Acatlán. Por diversos motivos, hemos decidido ampliar un poco más la ruta en esta región, así que no iremos hacia Santa Isabel la Reforma sino que tomaremos otra ruta que nos llevará hacia Santiago Ixcuintepec (ver punto 9) en donde esperaré a los nuevos acompañantes para luego retomar el punto 8 de la ruta.
Aún cuando las jornadas han sido más que intensas (o por lo menos mucho más de lo que yo imaginé), hemos hecho un buen equipo y nadie se ha rendido a la mitad del camino, los mayores problemas son el peso de las mochilas (me he dado cuenta que traigo muchas cosas que en realidad no son indispensables), las lluvias (aunque a veces resultan muy refrescantes si no duran demasiado) y el hecho de que casi no hemos encontrado manantiales a la orilla de los caminos por lo que hemos tenido que racionar el litro y medio de agua que cargamos con nosotros.
En cuanto al hospedaje y la comida estamos más que agradecidos. En San Juan Guichicovi, la familia Guzmán Méndez nos hospedó y nos ayudó en los últimos preparativos para el comienzo de la ruta; en El zacatal, doña Floriana y don Rutilio nos adoptaron y nos compartieron su casa, sus historias y hasta nos vistieron con huipiles y enaguas para tomarnos la foto final de despedida. En Loma Santa Cruz nos presentamos con las autoridades y el agente municipal nos proporcionó un cuarto con petates para descansar. En el camino la gente se acerca a preguntar y nos regala fruta, café y comida. Un señor nos ofreció café con galletas porque le recordamos a su hija que anda lejos y porque alguien alguna vez también le ofreció un desayuno cuando andaba en otras tierras. A cambio, y como es costumbre, dejamos un poco de chintestle o de las tostadas que preparé con mi abuelita a manera de agradecimiento.
Poco a poco ha corrido la noticia de que andamos por los caminos, al llegar al siguiente pueblo casi siempre ya se sabe de nuestra caminata y sucedió una vez que al llegar a las primeras casas de un poblado, alguien nos lanzó un “felicitaciones” desde alguna ventana. La historias que nos han contado y la gente que hemos conocido serán materia de futuras entradas, por lo pronto puedo decir que, aún cuando la inteligibilidad del ayuujk que yo hablo es muy muy baja con respecto del ayuuk de estas tierras, hablar en esta lengua abre algo distinto en mi conversación con las personas y después de unos gestos de sorpresa pasamos a una familiaridad que me ha permitido rastrear un poco los caminos antiguos por los que los abuelos de mis abuelos transitaron hasta aquí.

miércoles, 8 de julio de 2009

Kääj

Te'n ëjts jä'äy xnëjm ku jaëk kääj mää ëjts ja' ntu'u n'aktsontäkä'änën. Japety ëjts ojts ja' ntäkmä'äy n'amtey pën xë'n te'n ja', pën jaa te'n ja' kääj. Taa ëjts te'n ojts xtamëmatya'aky ku jaëk ijty kääj yää ku ëjts ijty ja' ntetymyä'äy kup tto'okjëtity. Ta ëjts ntäkmä'äy n'anëjm:
- Pën jaa ëjts ja' kääj ntimypyääty, ja'y ëjts ja' jëën nta'atsë'kyä'än.
- Ka't yë' jëën ttsë'ëk, unk- te'n y'anä'äny- ku ja' mtetymyä'äy jam japye'kxyjotp jyëtity, ojtsëk ja' jëën t'akmëjët jëts te'n ja' kääj ka't jyënko'nt, taëk jawään ja' mä'tstë'ëts t'akëskonmukt, kuëk ojts jyënpett, jamëk te'n jantsytsujnaxy ja kääj ja mëj ja mutsk, ja yä'äy ja to'oxy tyaxyjo'kxpëkt. Amenyëk ojts ja'y pyëkta'aky tkonmujknët ta tsyo'nët.

lunes, 6 de julio de 2009

De prisa

Ahora escribo desde Ayutla. No había podido hacerlo antes porque los últimos preparativos de allá se comieron todo el tiempo: imprimir los mapas topográficos, hacer las últimas compras, dejar las plantas a buen resguardo, transcribir los consejos que me compartió la gente que ha caminado buena parte de la región mixe… Como siempre me pasa en estos casos, los últimos días han estado envueltos en la sensación que provoca la inminencia de un suceso que es totalmente distinta de la sensación que provoca el suceso en sí. No es precisamente una sensación feliz aunque mucho tiene de eso.

Ahora sigo ocupada con los preparativos de aquí: fui al municipio a solicitar una constancia de origen , les coumuniqué del proyecto, recabé informes sobre el estado del clima de estos últimos días, fui al cementerio a pedir permiso a los abuelos y así tener los caminos despejados, hicimos tostadas, molí chintestle y compré mezcal (en opinión de mi abuela, ningún viajero que se precie de serlo puede salir sin estos últimos tres productos). Ni tiempo me ha dado de pensar que, si todo sale bien, la próxima vez que llegue aquí será caminando.Mañana parto hacia el punto de inicio de la ruta.

Aunque un poco cansada, creo haber preparado lo más que pude; el resto, que es casi todo, se lo ofrezco al azar.

P.D. Tan agradecida yo con sus comentarios, may xëë may jëmëëjt ajäj atë'kx xpäätët x'ëxtët.

jueves, 2 de julio de 2009

Casi

Tengo el corazón desmelenado.

sábado, 27 de junio de 2009

Símil

Los días se acortan y los pendientes se multiplican como pulgas en canícula.

Tëkëëk

"Tiyääjtë'n, kutuujkë'n jëts tityu'unë'n", te'n ëjts nän ejtp xtukjamyetsy ku ëjts mää nnijkxy, ku ëjts mää njëtity. "Ke xjatyëkey" te'n wyä'äny "te'n tëkëëk ja' eyääjtë'n nyawyä'kxy". Te'nëk ëjts te'n npanëjkxt jëts nimäëk ëjts ja' ntu'u kya'atukt. Tysäm, ku ëjts te'n ja nnë'ë ntu'u njëppëkän, njamyejtsypy ëjts ja' nnän y'ää y'ayuujk:
Tiyääjtë'n: jëts ka't ëjts ja' njënmä'äny n'aktetst, n'akmä'ätt.
Kutuujkë'n: jëts ëjts kë'm n'ixyët pën ka'pxy ey ëjts ja' njënmä'äny npëta'aky.
Tityu'unën: jëts ëjts kë'm ja' njënmä'äny nwejtseyët pën jaa ëjts tëë n'akmä'äty n'aktëkey.
Te'n ëjts ja' nnän ää ayuujk tyäky jëts te'n ëjts ja'a n'änmëjä'änetpy n'aktany.

jueves, 25 de junio de 2009

Palimpsesto

Me pregunto cómo debe hacerse un diario de campo. Aunque mucha gente piensa que sí, no hice la licenciatura en la ENAH (y me hubiera gustado), pero los de ahí me dicen que todo buen lingüísta es además un buen antropólogo y por lo tanto hace un buen diario de campo. En mi vida he escrito uno, si bien he llevado un diario personal y alguna vez llevé un diario de citas: un compendio de palabras de otros que me hubiera gustado reclamar como mías.
Pero ahora en la caminata, con todos los sentidos muy abiertos a la percepción, quisiera escribir sobre o alrededor del viaje. Me debatía entre el diario de campo con sus aspiraciones de objetividad y sistematicidad y la franca sensibilería de un "Querido diario". Encontré la respuesta, como siempre, en la escala de grises que va de uno a otro. Pienso más bien en que aquello que se desea consignar nace del contraste; por ejemplo, no creo que le sea de mucho interés decirle a un habitante de París que la Ciudad de México cuenta con un sistema de transporte subterráneo; sin embargo, nunca me vi más interesante cuando al contárselo a una amiga de mi abuela me dijo que le parecía asombroso que la gente viajara como los topos en sus caminos bajo tierra. Pero si a ella le contara del mar de nubes que puede verse desde la montaña de otro pueblo, de ninguna manera podría generarle esa reacción de interés o sopresa que tanto placer provoca en el que narra.
Si algo bueno me han dejado los años en el lado de acá es que ahora puedo contrastar por ambos lados, así que escribiré dos tipos de diarios (creo que la palabra bitácora me gusta más), uno en español con los ojos de afuera y otro en formato de "cartas a mi abuela" en ayuujk. No traduciré ninguno, no habrá versión bilingüe, ni falta que hace; porque lo que interese a uno no interesará al otro y lo que interese a los dos, estará en ambos.

domingo, 21 de junio de 2009

Käjpxmëjk

- Tsë'ëjkyëp ëjts.
- Jëte'n yë' tu'u tam juujkyäjtë'n, ja jatëkoojk mye'yjënpetta? Ke mtsë'ëk, mëjk xjënkuwä'äkët.
- Ey nän. Tyoskujuyëp

miércoles, 17 de junio de 2009

El amanecer desde Anaajëntump

I
Yo siempre he viajado. No es verdad. Yo siempre he imaginado que viajo. Si los viajes hacia el mundo de afuera me los crearon los libros, los viajes hacia el mundo de adentro me los crearon los relatos de mis abuelos. Así me enteré cómo el tlacuache llegó a trabajar a San Isidro Huayapan después de engañar al jaguar o cómo mi tío abuelo se enfermó de paludismo cuando venía de la pizca del café o cómo el compadre de mi abuelita caminó tres días con la tuba a cuestas para tocar en la fiesta de mi pueblo. Me contaron del ancho de las veredas, de los puentes de raíces que se rompían con la crecida de los ríos, de las hojas que al masticarlas aminoran la sed, de un lugar de niebla perpetua, de otro con calor agobiante y plátanos rojos, del color de las serpientes, de los distintos modos de saludo, del sonido particular de cada una de las campanas de los pueblos y de los acompañantes que encontraron en los caminos y las historias que éstos les platicaron. Y las historias de las historias.
II
No es la primera vez que trato de emprender este viaje. Ya lo habíamos intentado cuando de niños jugábamos a la peregrinación: preparábamos las tortillas, el chintestle, el mezcal y el petate, nos alcanzaba la noche, hacíamos la fogata para cenar y nos acostábamos para emprender el camino muy temprano al día siguiente. Tenía un inconveniente: siempre nos interrumpía alguien que quería pasar y se sorprendía de encontrar en medio del camino a unos niños acostados con los ojos cerrados en pleno medio día. De menos, nos regañaban. De más, nos acusaron. Pero eso nunca impidió la fiesta que se armaba para celebrar el regreso con las reliquias que habíamos traido del santuario.
III
Pero ahora parece que será de verdad. Comenzaré en San Juan Guichicovi en el Istmo de Tehuantepec (300 metros sobre el nivel del mar), hasta llegar a mi pueblo San Pedro y San Pablo Ayutla (2300 sobre el nivel del mar). En medio estará lo que mis abuelos modelaron en mi imaginación, supongo que será distinto porque yo emprendo el viaje cuando ya no hay necesidad de caminar, a destiempo pues, porque muchas de las veredas o se convirtieron en carreteras o en terracerías o bien desaparecieron. Pero también quedan muchas. El objetivo final de subir 2000 metros en dos meses, es ver el amanecer desde Anaajëntump, el lugar del trueno, que para mayores referencias es la montaña más alta en la foto del encabezado de este blog y la más alta de mi pueblo. Y cómo no, armaremos fiesta para celebrar el regreso con las reliquias del santuario y todos, todos, quedan muy invitados.

Yoojxë'n

Mejts Nän Len.
Mejts Tät Gil.
Jaku meets ojts ja’ m’ää m’ayuujk xtanë’ex, xta’akäjpx , xtakumay.
Jaku meets ojts xtamëmatyä’äkt xë’n ja’ ayuujk jä’äy nyë tyu’u tsyuj y’ey.
Ka’nëm ëjts tsyäm njatyëkey ku meets xkäjpxt xmatyä’äkt xë’n ja’ mëjä’äytyëëjk pyat jyënäkt, xënety ja’ kääjp mää te’n nyäxt tyëkët ku japye’kxyjotp nyëjkxt xë’äjtp, ajëëpy ok tump pëjkp.
Ku te’n meets te’n mmatyä’äkt, jam ijty ëjts ja’ n’änmëjä’än tyimynajyamyetsy japye’kxyjotp tam te’n xmatyä’äktë’n, tsyamy ëjts ja’ ntimyjyäw nitmytsyo’n. Meets ojts xtukta’atsokt ayuujk jä’äy y’et nyääjx, kyääjp.
Tsyäm nëm te’n jyaty ku ëjts ja’ ntu’u npatwä’äk, ku ëjts jam japye’kxyjotp n’ësjëtetä’än, n’ësexä’än, nësjäwyä’än. Nate’n tam ja’ poojën – ja’ mëte’ep ja’ käj ijty tsutsääjnë’p, mjamyajtstëpa?- te’n ëjts tsyäm ntsoony, jaa npäätt.
Japety, mëjts Nän Len, mejts tät Gil, meets ëjts ja’ nnë’ë ntu’u ntamëyexpy.
Japety nayte’n tetymyä’äy täkmä’äy, o’kp än, tsyäm n’amtey ku ëjts ja nnë’ë ja’ ntu’u awä’äts etp t’aket jëts mëjk ey ëjts njëmpet tëkam, jam Tukyo’m, jam Anaajëntump.